Mi abuelo Maximino
es/era el papá de mi papá.
Maximino era su
nombre pero, para todos, él era Maino.
Mi abuelo Maino vino
a Argentina desde España, con sus padres y sus 3 hermanos y 1 hermana. Paulina,
su hermana, tenía los ojos azules más lindos que alguien puede tener y el pelo
blanco perfectamente ondulado por ruleros. Ella sí sabía cómo llevar las canas
con estilo.
Mi abuelo fue una
gran persona, no conozco a nadie que hablara mal de él.
Cada vez salía a la
calle saludaba a todos y el “cómo le va Don Gabis?” se escuchaba siempre.
El no fue una persona
de andar aleccionando a los demás, no iba por todos lados con el dedo levantado
diciendo como tenés que hacer las cosas, al menos no conmigo. Pero aun así de él
se aprendía.
Recuerdo que una vez mi
prima y yo lo acompañamos a la quiniela de Don Herrero y el nos dijo que eligiéramos
un numero. Cada una dijo uno. Un par de días después mi abuelo apareció con la
pequeña fortuna que habíamos ganado. Dos australes para mí y un poco más para
mi prima. Cada una tuvo lo que ganó con su número. Aunque no me gustó nada la
diferencia, en ese momento aprendí que lo justo es justo sin importar la edad.
A demás de eso, del abuelo Maino aprendí…
Que la mortadela
buena es la mortadela bocha.
Que los tentáculos de
calamar pueden ser un manjar.
Que el rabanito con
sal esta perfecto como aperitivo antes de la comida.
También que el ajo
tiene que estar presente en todo!
Que antes del asado
siempre tiene que haber Gancia con limón, aceitunas verdes y maní con cáscara.
Aprendí también que
hay que trabajar duro pero también disfrutar. Por eso siempre que se podía, y
antes se podía seguido, había asado con la familia, ensalada de fruta y helado.
También aprendí que
la tortilla de papas, esa comida simple, tiene que ser alta y bien sazonada.
Yo AMABA la tortilla de papas de mi abuela María, la
esposa del abuelo Maino.
Papas más huevo. Eso
bastaba.
Mi versión de hoy es
un poquito diferente. Porque viste que a veces uno cree que lo simple no tiene
gracia, cuando en realidad siempre fui feliz con la tortilla de papas y un pedazo
de pan.
Igual con ésta receta
la tortilla queda riquísima y sólo tiene un agregado, jamón cocido. Y se prepara así:
Ingredientes para 6 porciones grandes
- ½ kilo de papas rojas
- 5 huevos
- 100 gr. de jamón cocido cortado en cubitos
- 1 cdta. de ajo deshidratado.
- 1 y ½ cdta. de sal
- Pimienta molida a gusto
- Aceite cantidad necesaria.
Cortar las papas (con cáscara) en cubitos de 2 x 2 aprox. y freír con poco aceite hasta que estén doradas.Mezclar en un bowl los huevos con el jamón y los condimentos. Agregar las papas tibias y dejar reposar ½ hora.Cocinar la tortilla en una sartén alta de ambos lados hasta que el huevo esté bien cocido.
Yo tenía 15 años y debía
hacer un trabajo práctico para la escuela sobre los Trabajadores Golondrinas.
Con una compañera nos fuimos a algunas empresas a ver si nos explicaban de qué
se trataba. Nadie nos dio bolilla. Nos dejaban esperando sin atendernos. En ese
entonces no había internet que ayude, así que para estudiar tenías que moverte.
Mi abuelo fue durante
un tiempo capataz en embaladoras de fruta, entonces el si sabía de que se
trataba esto del Trabajador Golondrina. Pero yo no quería molestarlo porque su
deterioro físico había comenzado y teníamos que hacer un esfuerzo para
entenderle lo que hablaba. Como no nos quedaba opción fuimos a hablar con él. Con
un grabador de periodista nos sentamos, mi compañera y yo, a escuchar todo lo
que él tenía que decir. Estábamos en el patio de su casa, el sentado en una
silla y nosotras en el cantero de las flores.
Cuanta paciencia nos
tuvo para que le entendiéramos! Nos explicó todo tal y como lo recordaba, nos
contó de lo que había vivido hacia muchísimos años atrás.
Entonces aprendí otra cosa. Que
hasta el que parece más frágil puede ser maestro y que un abuelo amoroso graba
fuego el corazón.
El trabajo práctico
de la escuela? Aprobado!
Un abrazo.
Mariana
Divina Historia, tanto que contar y que aprender de los abuelos y padres, espero yo tambien poder transmitir esto a mi niña, gracias por compartir, abrazos.
ResponderBorrarEstoy segura que si Martha! Todo lo que se enseña y transmite con amor queda en el corazón.
BorrarUn abrazo
Terminé de leer con los ojos llenos de lágrimas y un GRACIAS enorme por contarnos tu historia...
ResponderBorrarGracias a vos por pasar y comentar María
BorrarPufff este final me dejó moqueando Maru! Sabés que también tuve un abuelo muy querido. Sus hermanas mayores habían nacido en Siria y una vez entrevistamos a su hermana mayor para un trabajo de la escuela. Nos contó cosas de su infancia que no se contaban habitualmente (como por ejemplo que cuando eran chicos la mamá los mandaba los días de fiestas religiosas a vender empanadas árabes al centro o cómo había sido llegar a un país donde no entendían nada de lo que se hablaba).
ResponderBorrarQué bueno que atesores esos lindos aprendizajes!
By the way, que pinta tiene la tortilla!!!! a mí no me salen!
Ay qué lindo!!! Gracias por compartir una parte de tus recuerdos!!!
Borrar(Para que salga bien la tortilla hay que practicar jaja)
Hermosos recuerdos y enseñanzas.
ResponderBorrarLos abuelos, nuestros padres: cuantos valores! Cuanto amor! Cuanta dedicacion en la vida! Esos ejemplos tenemos que tenerlos tan presentes para nosotros dia a dia y para transmitirlos a hijos.
Me encantó esta entrada. Super tierna.
Y la tortilla, que cosa mas rica!!! Muy de nuestra infancia. Hay que volver a esos platos tan simples y ricos. MEnos es mas ♥
Siii! De acuerdo con todo lo que escribís!
BorrarCocina simple y llena de amor!!
Que lindo como recordas a tu abuelo Maru! Me encantó la historia <3
ResponderBorrarY esa tortilla me hizo sonar la pansa jaja
Saludos!