Yo soy de las
personas que piensan que, como soy ama de casa, tengo tiempo para hacer todo.
Como si el día tuviera más de 24 horas o si en la noche no necesitara
descansar. Como si llevar adelante una
casa o criar 3 hijos chicos no fuera demasiado trabajo.
Tengo la bendición de
que cuando mi marido está en casa las tareas se reparten, pero el trabajo que
tiene lo lleva a estar bastante afuera, y eso implica que cuando él no está yo
hago todo acá.
Tuve un par de
semanas de un abrumo terrible. Realmente no me sentía nada bien y fui al médico
esperando alguna explicación, cuando en realidad lo único que necesitaba era
descansar, dejar lo que me hace mal y hacer más de lo que me hace bien.
Disfrutar de las
cosas, cuando tenés demasiadas actividades, no es tan fácil como parece.
Pero una vez que
comenzás a despejar tu cabeza, a establecer prioridades y a entender que podés
mucho pero no podés todo, que lindo se ve el sol a la mañana.
Dentro de las cosas
lindas que comencé a hacer están el salir a caminar todos los días, poner perfumes
ricos por toda la casa. También estoy bordando cosas con muchos colores y cocinando
sin ser demasiado estricta y sin castigarme tanto.
Una de esas
comidas que estuve preparando, es esta la delicia que te traigo hoy. Tarteletas de frutillas y nueces, que no llevan
casi trabajo y que disfrutas un montón cuando las comes.
A estas tarteletas
las preparé con mermelada de frutillas casera, pero vos preparala con lo que consigas, igual la idea es que la mermelada tenga
trozos de fruta.
También se me ocurre que podés dejar unas frutillas macerando
en unas cucharadas de azúcar un par de horas así sueltan un poco de jugo.
Otra cosa, es que la hice
porciones individuales, pero bien podés preparar una tarta grande y después
cortarla.
Acompañada con
helado, mmmm que rico!!
Ingredientes para 6 unidades
- ½ docena de tapas de empanadas para horno (criollas u hojaldradas)
- 12 cdas de mermelada de frutillas
- 1 cdta de maicena o harina
- 1 puñadito de nueces picadas (pueden ser almendras o la fruta seca que quieras)
- 1 cda de azúcar para espolvorear la masa
Mezclar la mermelada con la maicena en un bowl (que no queden grumos!). Reservar.Estirar las tapas de empanadas finitas, pero que no se rompan.Colocar las tapas en la asadera previamente aceitada y rellenar con la mermelada (te conviene rellenar las tapas en la asadera porque después es más complicado trasladarla, se puede romper).Hacer un repulgue como para que no se escape el relleno.Espolvorear con las nueces picadas.Pincelar los bordes de la masa con agua y espolvorear apenas con azúcar.Hornear hasta que la masa esté dorada. Apenas unos minutos.Esperar a que se enfríe y disfrutar!!Si querés podés usar papel manteca como hice yo, pero al final creo que no es necesario.
Que ricas son!!
Cuando las prepares, contame como te salieron!
Un abrazo!
Mariana
me encantó! hice hace poco dulce de frutillas casero y ahora que están baratas creo que voy a aprovechar a comprar y hacer o al menos frezar para tenerlas. Super fácil!
ResponderBorrarSiii Flor, fácil y ricas! Aprovecha a prepararlas con el dulce casero que quedan increíbles!!
BorrarLindo post! Siempre me dejo seducir por tus fotos pero esta vez, me atrapó el relato... qué gran verdad y cómo nos agobiamos por no disfrutar de lo simple. Ahora, si lo simple es esta tarta de frutillas, yo quiero doble porción. Besos!
ResponderBorrarSiii doble porción de cosas ricas y simples Pau!
BorrarA veces no sólo nosotras pensamos que tenemos tiempo para todo. Muchas veces los demás también opinan, en mi caso trabajo hasta las 14:00 y se supone "que tengo la tarde libre". En fin, es presión retroalimentada. Cuestión de focalizar en lo que importa para cada uno, que no es fácil...
ResponderBorrarGracias por tu receta, y por mostrar una asadera de la vida real ;)
Tal cual Nené, a veces no somos sólo nosotras.
BorrarEsa asadera era de mi mamá, me la regaló x si me servía!
Creo que esta en nuestra familia desde que yo era chiquita así que te imaginarás toda la comida que pasó por ella.
No sólo me sirve si no que la uso un montón y la verdad ni siquiera me molesta el estado deplorable de los costados, los amo porque son parte de mis recuerdos.